sábado, 24 de septiembre de 2016

16. You Won't See Me

1966

Nos encontrábamos en el auto, tomando la carretera rumbo a Londres. Hace unos minutos que salimos de casa de mi padre, era hora de regresar.

—El próximo sábado será el último día en el que cuidarás a Ruth.
—Lo sé...
—¿Te quedarás de nuevo?
me miró y volteé a verla —No.
reí —Oh vamos, no te asustaron... eso es bueno.
—Guarda silencio McCartney.
—No me digas que estás enfadada.
—Lo estoy.
—Pero si al final no lo estabas.
—Te cerré la puerta en la cara por algo.
—Ah Gretchen... no te enojes. Vamos, era una broma.
—Qué bromista ah.
—¿Qué puedo hacer para que me perdones?
—Dedicarte a guardar silencio.
—¿Algo más?

No respondió. Pensé que realmente estaba enojada, quizá tendría algún motivo... no sé. "¿Siempre será tan enojona?", me pregunté en todo el camino.

Nadie habló hasta que llegamos a Londres y se le ocurrió encender la radio.

—Era broma, no me enojé. Veamos qué hay... — comenzó a cambiar la estación —Uhm, no... no... uy, esto es bueno.
—¿En serio?
—Pues son los Stones, claro que es bueno.
—No eso, sino que realmente no te habías enojado.
rió —¿Te la creíste?
—Un poco...
—No suelo enojarme con facilidad, toma nota.
—Supongo que me lo gané.
—Oh no, no fue en busca de venganza, simplemente me nació hacer una pequeña broma algo boba.
—Ay Gretchen... — musité —¿Dónde vives?
—Ve hasta Picadilly, de ahí yo te guío — subió el volumen —Nada más bueno que Aftermath...
—Sí, Rubber Soul.
—Basta de bromas.
—Dejé de bromear desde ayer.
—Al parecer no, ¿o acaso nunca has escuchado Aftermath?
—En realidad no.
—Recuérdame prestártelo.
—No es necesario...
—Escúchalo por mí, sé buen amigo. Y prometo escuchar tu voz en una canción romántica aburrida... digo, en un disco de ustedes.
reí —Bien.

Llegamos en menos de diez minutos, ella desabrochó su cinturón de seguridad y me miró.

—Espera dos minutos.
—Gretchen, no puedo...
—¡Van cinco segundos! — gritó mientras bajaba y de pronto corrió hasta un edificio.

Rápidamente subió los escalones y desapareció. Me dediqué a mirar a todas partes, por suerte estaba algo desierto... y en menos de lo que creí, volvió a aparecer con un disco en las manos.

—Toma — dijo con voz agitada mientras volvía a tomar asiento a mi lado.

Leí "Aftermath" con los cinco chicos de fondo, en tonalidad púrpura. Lo tomé y miré a detalle.

—Solo escúchalo cuando puedas, y cuídalo con tu alma. ¿Está bien?
—Está bien. Te lo regresaré pronto...
—Por eso no te preocupes, en cuanto termines la última canción... búscame.
—¿En serio me lo prestarás?
—No hagas que me arrepienta.
sonreí —Gracias... y disculpa por lo de ayer.
—Ah, de verdad que no me enojé. Y para de pedir disculpas, la pasé groovy... supongo. Te veo luego ¿si?, se acercan dos chicas histéricas a tu izquierda — abrió la puerta del auto.
—Nos vemos, y gracias de nuevo.
asintió con una sonrisa —¡Arranca!
—¿Qué?
—¡Ahora!


... 


—¿Adónde llevaste el disco?
—Aún ni entro y me interrogas... estás peor que mi madre.

Cerré la puerta y me acerqué a la barra.

—Te esperé ayer... — dijo mientras movía su cereal.
—Lo siento, debí avisarte — besé su mejilla —... pero se me olvidó.
—Me di cuenta. No te acostaste con el chico, ¿o sí?
—No, cómo crees. ¿Y Audrey?
—Pasé dejándola en la noche, después de ir al cine.
—Uhm, aquí me huele a un futuro primo.
—Si quieres decirme así...
—Me retracto. ¡Ah! Y el disco se lo presté a Paul, lo devolverá pronto.
—Eso espero, y que lo cuide bien.
—Seguro sí, sino le pido que me compre otro... seguro le alcanzará.
—Uhm. ¿Cómo te fue?
—Bien, fue como estar aquí pero en Liverpool... no sé si me entiendas — reí.
—Trato de.
—Sí, todo bien — abrí la nevera —Oye Danny... tú que sabes más... tengo una duda pero no pienses cosas que no son.
—Ajá, dime.
—Paul McCartney... — escuché un bufido por su parte —¡Espera!
—¿Ese tipo qué?
—... ¿Tiene novia?
—Eh... Paul... ah, sí sí. Fueron la pareja estrella desde el '64, o quieren simular, al menos por ahora.
—¿Sí? — lo miré por encima de la puerta de la nevera.
—Así es, una pelirroja fina. Actriz, de clase, con buen acento y cuerpo.
—¿Cómo es que se llama?
—Jane Asher, sí... la reconozco muy bien, es una preciosidad de mujer. No comprendo cómo puede estar con alguien como Paul McCartney... pero bueno. ¿Por qué preguntas?
cerré la puerta de la nevera —Por simple e inquietante curiosidad.


...


Recién entré, coloqué el disco en el sofá... acaricié a Martha, y me dispuse a subir rápidamente las escaleras. Abrí la puerta de mi habitación, encontrándome con Jane.

—¡Hola amor!

Leía tranquilamente, recargada en la cabecera de la cama.

—Cariño... hola — sonreí y me acerqué a ella.
—Te extrañé mucho.
—Y yo a ti — le di un pequeño beso.
—¿Cómo te fue?
—Muy bien.
—¿Cómo están todos?
—Por suerte bien, todo va mejorando.
—Me alegra — bajó su libro —Y... dime... ¿no estás feliz de que esté de vuelta?
—Claro que sí, nunca pienses lo contrario — me levanté para dirigirme al baño —De hecho, estaba pensando: ¿qué te parece si salimos a cenar?
—Me parece perfecto... aunque, había quedado en verme con Marianne y John, ¿te importa si los invito?
—Eh... no, no hay problema.

En ese instante, llamaron al teléfono.

¿Hola?... Brian, qué tal — en cuanto dijo "Brian", volteé a verla —Muy bien, gracias por preguntar... ¿qué tal tú?... Me alegro... Sí claro, aquí se encuentra... — comencé a negar con la cabeza, y palmeé mi frente.

Despegando el teléfono de su oído, me susurró un "lo siento".

—No te preocupes — musité y tomé el teléfono —¿Brian?
—Paul, grabación en un par de horas.
bufé —¿En serio?
—Sí.
—Pero no puedo...
—Sabes que será la última semana, no nos llevará mucho tiempo.
—Está bien, los veo allá.

Colgué sin más.

—Iba a decirte que si era Brian, dijeras que no estoy — ladeé los labios, algo cansado —Pero bueno, de cualquier manera debo ir a grabar.
—¿Hoy?
—Sí, y no sé cuánto tiempo tomará. Sino, ¿salimos a cenar mañana?
—No lo sé Paul, no creo poder.
—Bien... espero que sí, pero si salgo pronto te llamo, ¿bien?
—Está bien.
—Eso no quiere decir que te quedes en casa Jane. Sal y disfruta, ve a cenar con Marianne y John... ya me los saludarás.
—Bien... — se limitó a decir.
—Te amo, y créeme que esto no es muy satisfactorio para mí.
—Te entiendo, debes hacerlo... así como yo debo salir de la ciudad frecuentemente.
—Gracias por entender — besé su frente.

Me dediqué a pasar un tiempo con Jane, platicamos, miramos la televisión y después me duché y arreglé para salir de una buena vez.

Al bajar al living, tomé las llaves del auto y observé el disco... pensé que quizá era un buen momento para escucharlo a buen volumen, y más en Abbey Road, así que lo llevé conmigo.


...




Miré a John observar el disco que sostenía y mover los labios al instante, seguro había dicho algo.

me quité los audífonos —¿Perdón?
—¡Que es un buen disco! — repitió, gritando.
—Para eso me quité los audífonos, exclusivamente para que no gritaras.
—Demasiado tarde... — mordía un bisquet —¿Desde cuándo acá te gustan los Stones? — entrecerró los ojos.
—Pues... el disco es de Susanne.
—Oh, la linda Susy.
—Ajá, ella.
—¿Cómo está?
—Supongo que bien. En poco tiempo irá a Japón con nosotros y no está apurada grabando un disco.
—Buen punto... — con una mordida, terminó su cena y sacudió sus manos —¿No ha pasado nada?
—John, no seguirás pensando que entre nosotros sucederá algo ¿o sí?
—Pues...
—Nada sucederá — interrumpí.
—Solo soy entrometido, disculpa. Hablando de eso, noticia nueva: nuestro querido George se siente atraído por ella.
—¿Qué? — me sorprendí.
—Así como escuchaste. Solo quiere hablar de ella, pregunta por ella, quiere saber de ella por todos lados, le pregunta a Brian. No sé... el chico está perdido.
—Pero él está con Pattie.
hundió los hombros —¿Y eso qué?

Me quedé pensativo mientras miraba a George a lo lejos que rasgaba las cuerdas de su guitarra eléctrica, trataba de recordar aquellos momentos que hemos pasado con Susanne. "Seguro sí le gusta Susanne, ¿por qué no le gustaría?" pensé en ese instante.


... días después...


—Te digo, Lolita es de mis favoritas. Kubrick hace muy bien su trabajo.

Susanne y Miles se encontraban en la cafetería de la escuela acompañados de un té de los cuales salía el caliente vapor.

—Sí, eso es indudable... pero me quedo con Buñuel.
—Buñuel es bueno también, muy bueno — tomé un sorbo —Demasiado bueno.
—¿Cuál es tu película favorita de terror?
—Hablemos de Hitchcock.
—¿Psicosis?
—Leíste mi mente.

La chica sonrió mientras jugaba con la cuchara del té, pensaba en que el chico Miles tenía muchas cosas en común con ella... y eso era algo que llamaba su atención completamente.

—Cambio de categoría. Uhm... ya sé: música.
—Uy, The Rolling Stones.
—Muy buenos.
—Buenísimos. ¿Y tú?
—Le soy fiel a América.
rió —Adivino: ¿Presley?
—Así es, el mismo Elvis Presley.

Los dos tomaron un sorbo de su té caliente, mientras se miraban. Al otro lado de la cafetería, dos chicas con vestidos coloridos de Mary Quant y botas de moda señalaban disimuladamente hacia la mesa de Susanne y Miles... en poco tiempo, caminaban hacia ésta.

—Hola Miles — dijo una de ellas, en voz fuerte.
—Hola Caroline. Mira, te presento a Susanne Gretchen.
—Hola...
—Qué tal — contestó Caroline muy fríamente.
—¿Pasa algo? — preguntó Miles dirigiéndose a la chica con cabellera clara y brillante.
—No no...

Susanne hundió los labios y desvió la mirada.

—¡Ah, ya recuerdo qué te iba a preguntar! ¿Sabes si hay tarea de geometría?
—No sé, aunque creo que sí... siempre hay tarea de geometría.
—Muy bien — le sonrió al chico —Y dime Susanne, ¿estás en biología?
—Así es.
—Qué bien. ¿Y sí es aburrido como todos dicen?
—Lo es — rió y al instante Miles sonrió mientras miraba a Sue.

En menos de un segundo, el timbre indicando otra clase sonó.

—En fin... debo irme — en cuanto Susanne se levantó, Miles hizo lo mismo —Nos vemos — miró a la chica que mostraba un gesto de pocos amigos.
—Ajá, que te vaya bien.
—Te acompaño, no tengo clase ahora.
—Pero... sí tenemos Miles, ¿recuerdas?
—Uhm no, no tenemos. Y si tenemos, ¿qué importa? — miró a Susanne —¿Vamos?
—Vamos.
—Te veo después Caroline — dijo el chico siguiendo a Sue.


...


—Me hubiera gustado más platicar contigo.
—Igual a mí — sonreí —Además, quería decirte que es mi última semana en Londres.
—¡¿Qué?!
—Sí... — bajé la mirada —Es que... te diré, pero espero que me creas.
—¿Qué sucede?
—Yo... yo... viajaré... con una banda.
—¿Una banda? — preguntó sorprendido.
—Ajá... con... The Beatles.
—¡¿Qué, qué, qué?! ¡¿Con quién?!
—Shhh, baja la voz — miré a todos lados para después verlo decidida.
—¡¿Y cómo?!
—¿Te cuento después?
—Claro, claro. ¿A qué hora sales?
—Justo a las 07:00pm.
—Te espero, y nos vamos juntos.


...


Esperaba en el auto, ya tenía unos cinco minutos parado afuera de aquellos pequeños edificios... ni siquiera sabía dónde vivía exactamente, y eso de andar preguntando a todos no era tan sencillo siendo yo. Así que encendí el auto y antes de pisar el acelerador, un mini cooper blanco paró al otro lado de la calle... miré a la chica de la izquierda y supe que era ella... así que apagué el motor.

Me dediqué a observarlos un par de minutos, platicaban mientras ella reía a carcajadas y él solo la miraba sonriendo... pensé que quizá él era el chico universitario. Después, se despidieron con un beso en la mejilla y se bajó, diciendo un "gracias" mientras cerraba.

Aquel auto arrancó y Susanne caminó a mí, tocando la ventanilla.

—Está abierto — grité por dentro.

Y abrió la puerta, justo para tomar asiento.

—¿Cómo supiste que era yo?
—Por el auto, claro... un Aston Martin no lo tiene cualquiera. ¿Qué haces por acá?
—Vengo a entregarte tu disco, al parecer ya no tendremos grabaciones solo mañana y quizá pasado. Y pues, quería dártelo antes de que se me olvide — se lo ofrecí y lo tomó —Logré escucharlo como unas... cinco veces.
—¿Y qué tal?
—Tienes buen gusto musical, pero... — busqué en los asientos traseros hasta que encontré los discos que buscaba —... toma.

Se encontraban desde "Please Please Me" hasta "Rubber Soul".

—Pero son muchos discos.
—Presentí que no los tenías.
—Pues no pero, no puedo...
—Ya luego me los devolverás, de cualquier manera tengo muchas copias de cada uno.
rió —Muchas gracias, supongo que debo escucharlos.
—Supones bien.
—Bueno. Gracias por los discos... — abrió la puerta con dificultad.
—Sí, de nada. ¡Ah! Y... oye Gretchen... — paró y me miró —¿No quieres salir?
—¿Salir? ¿Contigo?
—Sí claro, el jueves o viernes.
—Uhm... quizá el viernes. Sí, el viernes está bien.
—Perfecto, te veo en el Pub de Oxford a las...
—A las 09:00pm.
asentí —Nos vemos Gretchen.
—Chaíto — sonrió.


...


Manejando hacia mi próxima parada que sería la casa de Marianne y John ya que Jane olvidó algo aquella noche que cenó con ellos, pensaba en George y su gusto por Susanne... después, a Susanne con el chico de hace rato. En el automóvil había quedado el aroma dulce de Gretchen, provocando que la recordara de vez en cuando.

Estacioné el auto, caminé hasta la casa y toqué el timbre. De inmediato abrió una chica que llamó mi atención.

—Qué tal.
—Hola... — musité —¿Se encuentra Marianne o John?
—Justo acaban de salir.
—Solo venía por algo...

La miré... era una chica radiante. Piernas largas, buen cuerpo, cabello castaño un tanto largo; una chica parecida algo así a una modelo.

—En fin, soy Paul... — sonreí.
—Maggie — sonrió de vuelta —¿Quieres pasar?




...



¡Holaaaa! 
Muchísimo tiempo, lo sé. 

Pido una disculpa, sé que habrá chicas que de vez en cuando se pasen por aquí, 
pero es que... bueno, han pasado muchas cosas. 
Pero opté por al menos dejar fija la historia.

Pues nada, espero que estén muy bien.
Y gracias por seguir leyendo, y dejando sus agradables comentarios.

Las quiero.
Besos.


2 comentarios:

  1. Ay ay ay ay, PAUL, RETRÁCTATE DE MAGGIE, OLVÍDALA, DE NINGÚN MODO. Jajaja, esa fue mi reacción, tenía que escribirla. Igual me encantan los momentos Susanne-Paul, sólo tengo algo de curiosidad por saber qué pasa con el Georgie. Me genera cierta intriga lo cual es genial. Y más intriga con Japón 7u7.

    Dios, Sally, se pone cada vez mejor. Me encanta volver a blogger y ver que subiste, es hermoso.

    Nada, abrazos, y si quieres avisarme cuando publiques... SÍ PLS, QUIERO SER LA PRIMERA EN LEER. Jaja, besos Sal <3

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  2. Genial capítulo, qué onda y qué va suceder con Maggie!!?????
    Vamos, Macca, ¡NO CAIGAS EN LA TENTACIÓN! ¡Maggie McGivern APARECE!
    y acaso Gretchen no se da cuenta los tres hombres que trae embobados, y uno se llama GEORGE!!! HARRIIIIISOOOOOON!!

    Nueno, pues espero que la inspiración vuelva pronto para que sigas con esta historia.

    Muchos saludos y un fuerte abrazo!!

    P.D: Ojalá me disculpes por el tiempo en que no te comenté

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