viernes, 29 de enero de 2016

12. I Saw Her Standing There

1966

—¿Libros?
—Daniel...
—¿Gafas?
—Daniel, sólo voy a reinscribirme.
—¿Tan rápido debes regresar al reclusorio?
—Ha pasado más de un mes.
—De verdad que te compadezco.
—Y yo — suspiré.
—Aún tenemos tiempo de escapar si quieres.
—Por ahora no. Es sólo para que llegue el recado al buzón de mis padres, recuerda que estaré con los famosos birels en Japón en menos de un mes.
—¡¿Qué?!
—Te dije bien.
—¿En serio?, no recuerdo.
—Estabas tan concentrado en la noticia de que soy niñera en casa de los McCartney.
—Eres un saco de sorpresas, my lady.
—Eso trato — dije guiñando un ojo.
—Y dime, ¿dónde está mi pequeña Audrey? — se asomaba de vez en cuando por el retrovisor del auto.
—En la cárcel de Manhattan — bromeé —Seguro llega el lunes por la mañana.
—Perfecto, tendré todo listo para entonces.
reí —Se quedará en el campus.
—Dile que en mi apartamento caben dos o más chicas — guiñó el ojo.
—Me acabas de dar un ataque de náuseas, pero en cuanto llegue le comentaré... de alguna manera debo agradecerte todo.
—Por supuesto, sé generosa conmigo.
—Está bien, está bien — abrí la puerta —No tardo.
—¿Segura? — asentí —Si tardas, te dejo.
—Te quedas sin Audrey entonces.
—Lo siento, quería decir: tómate tu tiempo.

Sonreí y cerré la puerta, en el fondo agradecí que no me dejara sola... cuanto menos tiempo pase en el campus, mejor.


...


La cafetería estaba en su punto, las parejas disfrutaban de la tarde, los amigos reían en grupos pequeños esparcidos por el jardín. Aquel ambiente le causaba un "no se qué" a la chica con falda, botas y suéter que ahora atravesaba todo el campus.

—Hey hey, ¿quién es ella?
—¿Ella...? — miró a la chica que había entrado a las oficinas de ahí, aún seguía siendo visible para ellos —No sabría decirte, pero forma parte de nosotros también.
—¿Ah si?
—Sí.
—Suzan o algo así, va conmigo en taller de pintura.
—Suzan, ¿será francesa?
—Tiene acento americano, pero no lo sé.
—¿Saben qué estudia?
—Se encuentra en el área de biología.
—Ya veo...

La chica a lo lejos hablaba amablemente con la secretaria de la universidad, y a su vez, volteaba disimuladamente hacia donde se encontraban los chicos... en especial para ver a el que había preguntado por ella, que la veía sin ser disimulado.

—Entonces... nos vemos pronto.
—Por supuesto señorita Gretchen.
—Hasta luego.
—Que le vaya bien.

Sonrieron por último. Susanne tomó un par de cartas que había recibido en las últimas semanas y dio media vuelta. Caminó frente a los chicos sintiendo cada una de las miradas, entonces se dispuso a salir del lugar de una buena vez apresurando el paso.

—¡Hey, espera!

Y volteó.

—Mira, se te ha caído una moneda — la mostró en la palma de su mano.
—Oh, qué extraño... sólo traigo un billete de cinco.

Observó al chico que ahora se sonrojaba un poco y guardaba una sonrisa, estaba apenado.

—¿Sucede algo?
soltó una risita bajando la mirada —Lo siento... no me ha salido bien, en realidad quería acercarme a ti — guardó la moneda en uno de los dos bolsillos de su pantalón.
—No te ha salido tan mal entonces.
—Espera... — sonrió —¿Vienes de las tierras de Warhol?
—Así es. ¿Cómo sabes que soy de Nueva York?
—¿Sí eres neoyorquina? Vaya... he atinado. La verdad es que no sabía, pero escuché tu acento y se me vino a la mente: "Warhol".
—... Por lo que escucho, tú tampoco eres de aquí.
—San Francisco.
—¿De verdad?
—Sí... — pasó una mano por su nuca, algo incómodo.
—Wow — hizo un gesto, estaba sorprendida.
—¿Ibas de salida, no es así?

Asintió.

—Entonces no te quito más el tiempo.

La chica sonrió un poco, sabía que los de San Francisco tenían fama de ser el tipo de persona que no soportas... algo groseros y muy directos, no siempre para bien... pero él era... al parecer era un tanto diferente.

—Miles Levand — ofreció su mano y la estrechó.
—Susanne Gretchen.
—Suzan — imitó el acento francés.
—En realidad es Susan-ne, con dos "s", dos "n" y una "e" al final — rieron —¿A qué área perteneces Miles?
—Cálculo.
volvió a sorprenderse —Groo... vy.
—Me agrada un poco, y se me facilita. Además que mis padres dijeron que necesitaba estudiar algo serio.
—Me pasó igual, solo que tomé biología.
—Biología, interesante... — resopló —Y bien Susanne, ¿te veré por aquí, no es así?
—Claro, para ser exactos: el martes.
—Entonces creo que, nos veremos muy pronto. Fue un placer conocerte...
—Igualmente, y suerte con el temible cálculo.

Sonrieron por último. La chica dio media vuelta y miró su reloj, estaba a tiempo. Miles por su parte, regresó al círculo de compañeros.

—... ¿Qué tal?
—Simpática, agradable, y bonitos ojos.
—No se tragó el cuento de la moneda al parecer, es muy 1940s.
rió —Ni un poco pero he conseguido hablar con ella, y eso es lo que importaba.
—Ahora que la veo de cerca, no está nada mal.
—Es linda.
—Lo es — confirmó el tal Miles —Sí que lo es.
—No es linda, sólo mírenla... no tiene sentido de la moda.
—Cierto, demasiado simple.
—¿Celosas?
—¿Celos?
—Créeme cuando te digo que ninguna chica estaría celosa de ella.

Miles reviró los ojos escuchando a las dos únicas chicas del círculo. De cualquier manera, Susanne había llamado su atención.


...




La prensa estaba a reventar, todos querían exclusiva con algún Beatle. La banda por su parte, trataba de comportarse amablemente aunque estuvieran más cansados e irritados que nunca, descontando claro el hambre que George tenía.

—No puedo más Bri.
miró su reloj —Denles quince minutos más chicos, así estamos libres por un buen tiempo.

Obedecieron por su parte. Hablaban de las nuevas ideas del disco, si realmente ese año iba a ser el último año en el que la banda tocaría en vivo... una bomba de preguntas, entre ellas, cosas personales.

—Listo, es todo — John le susurró a Eppy —Si escucho otra pregunta, estallaré.
—¡Hemos terminado! — gritó el mánager, tratando de correr a la prensa.
—¿Qué hora es?
—Las... 6:30pm — le susurró Ringo mirando su reloj.
—¿Dónde está el teléfono?
—Espera Paul...
—No tardo nada.
—Está por allá...


...


¿Cómo dices que se llama?
—Susanne.
—¿Solo así? ... ¿Tan simple? — Jim susurraba al teléfono desde la cocina mientras escuchaba la plática que Angie tenía con la chica que recién había llegado.
Susanne Gretchen es.
—Ah... entiendo. Y...
—Sí papá — interrumpió Paul —Ella es de confiar, créeme. Susanne es una chica simpática con todos por lo que he visto, y creo que tiene experiencia.
—¿Crees?
—Por supuesto. 
—¿La conoces bien?
—Eh... sí, sí. Ella es... una amiga cercana — mintió —De cualquier manera cuando me desocupe, iré a Liverpool a quedarme con Ruth y a explicarle a Susanne cómo estará todo.
—Hijo, no es necesario... si tú crees que Susanne es de confíar pues...
—Yo sé papá, pero mejor paso a ver cómo van las cosas. Ustedes relájense y disfruten su fin de semana.
—Gracias Paulie.
—No hay de qué. ¡Saludos a Angie!


...


La pobre chica se encontraba algo nerviosa, hace pocos minutos los padres de la niña que ahora observaba se habían ido. No sabía cómo comenzar una plática con una niña pequeña, ni siquiera sabía qué podía hacer.

—Y dime Ruth, ¿qué te gusta hacer? — sonrió.
—Mmm, jugar... dibujar... bailar...

"Dibujar, claro", pensó.

Luego de no saber dónde podría encontrar papel y colores en aquella casa, sacó una libreta de pasta gruesa de su bolso... era su diario personal. Sacó un lapicero y se lo ofreció, indicó la hoja que podía utilizar.

—Mira, de aquí... — hojeó —... hasta acá, puedes hacer lo que más te guste ¿sí? — asintió —Sé cuidadosa, el diario siente... así que debes tratarlo con cariño.

Se sintió algo tonta diciendo eso, pero era la única manera de decírselo para que lo entendiera... puesto que Susanne lamentaría si algo le sucede a ese querido diario.


...


—Iremos por un trago o algo.
—No puedo, lo siento.
—¿Por qué no?
—Iré a Liverpool — abrí la puerta del auto.
—Pero está Susanne... — musitó George, provocando que lo mirara al instante haciendo un gesto de "cállate ya".
—¿Susanne? ¿Susy? — preguntó Ringo sorprendido.
—Sí, Ssssusy — confirmé.
—¿Es niñera? Oh por dios, le comentaré de Julian.
—Es un tipo de... mira no es niñera del todo... es... bueno, una larga historia.
—Que debemos saber en el nuevo pub cerca de Oxford.
—Vamos Paul.
—Llegaré tarde allá...
—No le pasará nada a la pequeña Ruth, ¿o estás preocupado por Susy? — preguntó George.
negué —Pero debo saber cómo va todo...
—Sí sí, quieres acostarte con ella, ya entendemos — interrumpió John —Eres hombre, tienes tus necesidades y pues la linda Susy... ¿por qué no?
—Joder — reviré los ojos y los cerré —Vamos al pub.
—¿Desperdiciarás tu oportunidad por nosotros?
—¿De qué hablas? Jamás habrá oportunidad de nada, Susanne pudiera ser una hermana menor.


...


"Queremos lo mejor para ti..."
"Recuerda tomar el estudio seriamente"
"Considera regresar a Manhattan"

—Por dios... — susurró y suspiró sin terminar de leer, se sentía asfixiada.

Pensó de inmediato en sus padres, sabía que era inútil hablar seriamente con ellos. ¿Cómo les diría que la hija que tanto quieren en un papel serio se va de gira con una banda para tomar fotografías?... exacto, y por eso mismo, no se los diría.

Dejando las cartas que había recibido a un lado, de pronto miró a la pequeña niña jugar.

—Ruth... — la pequeña volteó —¿Te gustaría comer algo?
—¡Síiii!

Sin más, se dirigió a la cocina. Mientras preparaba unos emparedados, se preguntaba del por qué de Ruth... bueno, sabía que era hermana de Paul, pero no coincidía la edad de alguna manera... era algo posible pero extraño.

No se parecía mucho al beatle de ojos caídos... pero de cierta manera tenía simpatía como él, y claro que contaba con cierta ternura y acento que le recordaban al chico.


...


Tan rápido se había ido la tarde, ahora salía del cuarto de Ruth bostezando. Después de que cepillara sus dientes, se había acercado a mí con un libro... al parecer Alicia en el País de las Maravillas es un buen libro para dejarte dormido, pero aún así sigue siendo de mis favoritos.

Al ir al living pensé en si vendría Paul aunque ya fuese demasiado tarde para regresar a Londres. Quizá si le llamaba a Danny... no no, ni de broma. En primera: era sábado por la noche, seguro estaba en un pub, y en segunda: seguro estaba en un pub... con una chica.

No tenía opción, así que saqué un cepillo de dientes que cargaba en mi bolso desde que me mudé con Daniel, y en ese momento, tocaron la puerta.

sonrió para luego suspirar —Susanne, lamento la tardanza.
—... No te preocupes — me hice a un lado para que pasara.
—¿Estás molesta?
cerré la puerta haciendo el mínimo ruido —¿Por qué lo estaría?
—Qué tal si optaste por irte.
—Es tarde — levanté mi cepillo de dientes —Voy a quedarme.
—¿Estás segura?
—Sí claro, además ya no hay tren.
—Podría llevar...
—¿Y dejar a Ruth sola? — interrumpí.
—Tienes razón... lo siento en verdad.
—No es nada.
—Mírate, ni siquiera vienes preparada.
—Este suéter es cómodo — solté una risita, algo nerviosa —El problema es que, reconozco que me da un poco de pena...
—Por eso no te preocupes, tú mantente cómoda... vamos, te enseño el cuarto de visitas.

Comenzó a caminar y lo seguí.

—¿Ruth duerme?
—Así es, le he leído y cayó de inmediato.
—Oh... hiciste un gran trabajo entonces.
—No fue difícil.

Después de que me enseñara cada habitación de la casa luego de ver dónde me hospedaría esa noche, regresamos al living.

—Es una casa muy linda y amplia.
—Gracias por parte de todos, no hubieras dicho lo mismo de la anterior... donde yo y mi hermano crecimos.
—¿Era pequeña?
—Demasiado, por suerte Ruth tiene mucho espacio para jugar — se inundó en un sofá y suspiró —Una pregunta: ¿hay té?

Asentí con una sonrisa.


...


Me había ofrecido para servirle... al regresar a la sala con dos tazas calientes de té, me percaté de que había apagado la luz y había encendido la chimenea. Era una escena muy relajante.

—Aquí tienes.
—Muchas gracias, en verdad lo necesitaba — rió y la tomó.

Yo por mi parte, tomé asiento en el otro sofá no muy lejos de él. Miré la mesa de centro, seguía mi diario ahí... así que como pude lo cerré y guardé rápidamente.

—¿Eso era...?
—Eh... una libreta que siempre cargo conmigo, se la ofrecí a Ruth para que dibujara ya que no sabía cómo distraerla.
—Ah... — sonrió divertido —¿Sabes Susanne? En verdad sigo apenado.
me quedé pensativa unos segundos, tomando té —... Ohhh, no no... está bien — dije sin despegar la boca de la taza.
—¿Y si te esperaba tu novio?
reí, casi escupiendo el té —Mi novio — dejé la taza en la mesita de centro —No tengo la menor idea de qué te haya dicho John sobre mí pero... no, no tengo novio.
—Sólo tú lo sabrás.
—En serio. El chico que seguro te mencionó está enamorado de si mismo... y yo estoy enamorada de... — hundí los hombros.
—De los stones.
—Ah, claro — sonreí —Hey, ¿cómo lo sabías?
—John habla mucho, pero no lo suficiente. Mencionó algo así como, ¿que eras mod?
—¿Mod, yo? — apreté los labios —Pues, ahora tengo un suéter amarillo que me hizo mi abuela, sí tiene razón... soy demasiado mod. Ay John, tan poco tiempo y siento que me conoce tanto... — reímos.
—¿Y qué dices? ¿Me hablarás más de ti?
—Sí claro. Verás... yo suelo viajar en el tiempo, de hecho tengo una máquina estacionada justo en el jardín trasero, algo así como una tardis.
—Groovy, ahora que lo dices... me gustaría conocer a James Dean.
—Y no sólo podemos conocer a James Dean... ¡podemos conocer a sus padres!, ¿fantástico no? — volvimos a reír —Fuera de broma, acabas de recordarme que efectivamente quiero conocerlo.
—¿Te gustaba?
—La pregunta es: ¿a quién no le gustaba?
sonrió —Tienes razón, era apuesto... lo reconozco. En fin, mod viajera en el tiempo amante de los rebeldes sin causa, ¿que sí es cierto de ti?
—Ehm... nada interesante.
—¿Ah no?
negué —Quédate con la historia que acabo de inventar — reí y observé su pequeña sonrisa.
—Vamos, habrá algo.
—Pues depende... — tomé la taza de té —Puedes preguntar.

Volvió a sonreír por último, ahora jugando con su barbilla.




...







Antes que todo: qué belleza la de al final... aunque aún no se sabe si Susanne opina lo mismo. 

¡Hey, chicas bellas! Primer capítulo del 2016. ¡Les deseo lo mejor a ustedes! Que este año sea muchísimo mejor que el anterior en todos los aspectos ☺

Bueno, lamento subir tan tarde pero me ha tocado vivir con altibajos junto a la familia en este poco tiempo, por suerte ahora está todo tranquilo. En fin... quería decirles que prometo subir pronto ya que veo que varias chicas han comenzado a leer. 

¡Muchísimas gracias! Lo aprecio demasiado, y les agradezco tanto. 
Saludos a ustedes; Karen, Andrea, Silvia (Pols también es tu fav jajaja ¡chócalas!) Cami my dear, y Katita, y mis nuevas seguidoras que son Sofi y Bárbara. 

Y aprovecho para también escribir que si tienen algún fanfic que pudiese leer, pueden dejarlo... por suerte ahora tengo muuucho tiempo disponible; yo por mi parte sigo escribiendo esta historia.

Cuídese mucho, les envío buena vibra ~

Las adoro, y besos.

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