sábado, 26 de abril de 2014

Comienzo.

2013.



—¡Hey, James!
—¿Dime?
—Podrías dejar esas cajas... ¿apartadas de las demás?
—Claro.

Después de observar el atardecer, tomé un sorbo de la bebida que me acompañaba y decidí sentarme ahí mismo, en el verde césped.

—Papá, ¿qué sucede? — frotó mi espalda.
—Oh, no es nada...
—¿De verdad?

Asentí delicadamente y la miré.

—¿Seguro que quieres hacer esto?
—Sí Mary, ya no hay vuelta atrás.
—Deberías pensarlo, estar lejos de Londres no es fácil... Es un cambio muy radical.
—Comprendo pero, necesitaba vacaciones... Ya sabes. Tengo que despejar mis ideas y acomodarlas en canciones.
sonrió —Por eso y más me siento muy orgullosa de ser tu hija — tomó asiento al lado de mí —¿Qué dijo Nancy?
—Todo bien... Está tan ocupada con sus negocios viajando de un lugar a otro que supuso que lo mejor era que hiciera lo mismo, ya que no he planeado una nueva gira.
—Entiendo. Debo aceptar que igual me agradó la decisión que tomaste. ¿Qué sientes al regresar de nuevo a la naturaleza?
sonreí —Me siento relajado... feliz... aliviado.
—¡Listo! — interrumpió James mientras sacudía sus manos.
—... Papá, ¿seguro que estarás bien?
—No puedo estar más seguro Mary, agradezco que se preocupen por mí. Pero estaré bien.

Sonrieron no muy seguros.

—Niños, desde antes que nacieran... He pasado días de solitario y creo que me asientan mejor de lo que creo.
rieron —Bueno. No olvides llamar, cualquier cosa...
—No lo olvidaré, saluden a Stella de mi parte.

Asintieron aún no muy decididos.

-Estaré bien, ¡lo prometo!

Mary se acercó a mí y beso mi mejilla al igual que James.

—Te amamos.
—Y yo a ustedes — sonreí.

...

Me encontraba sacando, limpiando y acomodando las cosas que viajaban en las cajas. Cansado, tomé asiento en el suelo y observé la cabaña de re-ojo.

Paredes, madera vieja, la chimenea y... unas cajas pegadas con cinta y rasgadas al final, color en tono amarillento, quizá algo viejo. No recordaba tenerlas, así que por la curiosidad me acerqué en rodillas, quité la cinta y una pequeña ola de polvo salió haciéndome toser.

"¿Qué es esto?" pensé, puesto que no recuerdo tener la costumbre de empacar algo que tuviera aspecto viejo y polvoso.

Con mi mano derecha sacudí lo que se guardaba ahí...

No podía... no podía creerlo, ¿Cómo pude olvidarme de esto? Hacía días, meses, años... Quizá más de una década que no abría ésta caja.

Apresurado, voltee el pesado objeto y cayeron alrededor de unas veinte o más libretas de pasta gruesa provocando un leve crujido en la madera del suelo.

Rápido recordé la tienda de antigüedades a la que acudía frecuentemente, un típico olor a guardado o claro, antiguo.

Tomé una libreta al azar y soplé:

«Susanne Gretchen: (1968)»

Abracé el tesoro fuertemente, mi respiración tomó aceleración y una gran nostalgia se apropió de mí. Recordaba muy bien qué eran aquellos cuadernos.

Reaccioné inmediatamente al recordar los años... Seguro y todo tenía un orden específico así que volví a buscar entre los diarios y claramente tenía razón, sostuve la libreta más antigua entre todas, pude notarlo por su aspecto y acabado.

«Susanne Gretchen: (1965)»