domingo, 8 de noviembre de 2015

10. I'm Happy Just to Dance with You

1966

—Deja de tronarte los dedos... puedo escucharlo a pesar del ruido.
gruñí levemente —¿Te pasa algo?
—No nada... — tomó un sorbo de su vodka — ... sólo que tengo que estar contigo porque ni siquiera ha llegado Carrie.
—¿Carrie?
asintió —La razón por la cual estoy aquí.
—¿En serio? Uy, yo que pensaba que era por mí.
—Ja-ja-já — rió sarcástico — Vamos Sue, al menos bailemos.
—¿Bailar? ¿Yo? ... ¿contigo? — reí —Ni aunque fueras el último hombre en el mundo.
—Qué pesada eh — cruzó su pierna y desvió la mirada hacia el lugar —Uh... mira a esa rubia...

"¿Dónde estará Lennon?" pensé mientras volteaba a ver a otros lados que no fuera donde se encontraba esa rubia por la que ahora se derretía Danny.

—Hey — lo miré —¿Que nunca te han dicho que eres un mal educado? Límpiate, se te está cayendo la baba — aventé una servilleta hacia su regazo.
—Ni que fueras mi novia — la tomó y dejó en la mesa de nuevo.
—Pero soy una mujer.
—Ay Sue... para mí eres como un hombre.
golpeé su hombro mientras reía —Cállate.
—No es cierto amor, mis ojos son únicamente para ti — acarició mi mejilla y se acercó a mí lentamente hasta que me hice a un lado.
—Qué asco.
suspiró —Definitivamente eres una mujer... o te gustan las mujeres. Bueno, ese Paul McCartney tiene pinta de vieja así que...
—¿Qué tiene que ver Paul McCartney?
—No te hagas la inmutada mujer, sabes que hay algo ahí. Mis amigos me dijeron aquella noche de la fiesta que te fuiste con él.
—Platicamos un poco y ya, nada del otro mundo.
—Eso quiero creer.
—Danny, en primera: Paul McCartney ni me va, ni me viene... en pocas palabras: no me interesa. Y en segunda: te besaré si no te callas.
—Me callo... — encarnó una ceja y me observó algo coqueto —... ¿o mejor no...?
reí —Idiota.

Y gracias a aquella escena, comencé a recordar la primera y última vez que Danny y yo nos besamos.


***


Noviembre, 1965.

—Susanne Gretchen, déjame decirte que tus labios me encantan.

Esa noche Danny me invitó a su departamento y debido a la economía se dedicó a comprar alcohol barato... mucho MUCHO alcohol barato.

No sabía qué intenciones tenía conmigo ya que nos habíamos conocido un par de semanas atrás... pero esa noche nos conocimos mejor, tanto que supimos con el tiempo que lo mejor era ser amigos.

Y con conocernos mejor no me refiero a repasar la cama... sino que estábamos taaaaan ebrios que los secretos que cada uno tenía dentro, fueron revelados.

reí y lo vi sonreír —Sue, ¿tienes novio?
—Eh... estoy recordando... — chasqueé los dedos —Thomas.
—¿Thomas?
—Sí, Thomas.
—Pues ese Thomas es un maldito afortunado.
—¿Por qué lo dices?
—Porque puede besarte cuantas veces quiera.

Comenzó a enfocar la mirada en mis labios, la típica mirada que te dice "ya bésame", y fue acercándose lentamente...

—No siempre — musité.
—Pobre chico, lo haces sufrir tanto como a mí.

En cuanto terminó de hablar, hice el resto. Me acerqué más a él hasta juntar nuestros labios y en menos de dos minutos, nos separamos.

—Gracias — me guiñó un ojo.

Entonces por ninguna razón comenzamos a reír como si no hubiera mañana... como unos buenos ebrios.


***


Un escalofrío pasó por todo mi cuerpo al recordar esa pequeña parte de mi oscuro pasado. En eso miré a Danny recordando cómo besaba, y me odié por hacerlo...

Veamos... es que no besaba tan mal... a decir verdad, nada mal pero...

—Sé que soy hermoso pero, no te me quedes mirando —interrumpió mis pensamientos.
—... ¿Te molesta? — calé mi cigarro.
—Si no fueras Susanne, no — reí —¿Por qué quisiste acompañarme? ¿No te sentías muy mal?
—Bueno, quería ver con qué mujer te revuelcas esta noche.
rió —Qué tonta eres.
—Mira quién habla, "don inteligencia".
—Más inteligente que tú, sí.
—... ¿Sabes Danny? — musitó un "¿hm?" —... Pienso ayudarte con el departamento, déjame pagar la renta.
—¿Renta? Ese departamento es mío, ¿olvidas que soy rico?
—También olvidaba que eras un soberbio.
comenzó a reír —Bien, no soy rico.
—Pero sí un soberbio.
—Bien... — quitó el cigarro de mis labios y comenzó a fumarlo como si fuera suyo.
—Si claro, tómalo.
—Gracias primor, te lo compensaré.
—Hola señorita...

Danny y yo observamos al hombre que había hablado. Se encontraba justo enfrente de mí, tenía la vista baja, y llevaba un sombrero. "¿Un sombrero en un pub? Qué original" pensé.

—... ¿Le gustaría bailar?
—No gracias — el hombre alzó la mirada y por debajo de su sombrero guiñó un ojo, así que comencé a reír.
—Oh vamos... — tomó mi mano — Por favor.
—¿Acaso eres sordo? Te ha dicho que no — contestó Danny, un poco molesto.
—Tranquilo señorito, su chica ha cambiado de opinión — me levanté del asiento —Así que se la robaré unos minutos.
—¿Susanne? — Danny me miró.
—Está bien... — sonreí mientras me alejaba con John —¡Nos vemos después!


...




—Joder Susy, tu novio casi me agarra a golpes.
—¿Mi novio? — reí —Jamás.
—O lo que sea ese tipo que quería besarte.
—Así nos llevamos... nunca lo besaría — "no de nuevo", pensé —¿Ya me habías visto?
—Sí, pero quería ver qué hacías con tu novio.

Los dos subíamos las escaleras, yo por delante de John gracias a toda la gente que se encontraba en el atascado lugar. Por lo que veo, los segundos pisos... o hasta terceros, eran más exclusivos.

—¿Y tu amigo?
—Por ahí — señaló con los ojos. Al parecer, habíamos llegado.

Era difícil no reconocerlo aunque estuviera a kilómetros. Miré a George de perfil que a su vez miraba a otro lugar calando su cigarro lentamente. Sonreí al verlo, y en eso... terminamos por acercarnos a la mesa con sofás muy coloridos.

—Susanne — sonrió —Qué sorpresa.
sonreí de vuelta —Hola.
—Vamos, toma asiento.
—Gracias... — me senté al lado de él.
—La chica inteligente no sabía quién era yo, y su "amigo"... — hizo comillas con los dedos mientras tomaba lugar frente a nosotros —... se puso celoso.
George comenzó a reír —Su amigo ah.
—Es mi amigo, sólo que John no lo cree.
—Los amigos de ahora, que por cierto viven juntos — me señaló —Son más que amigos. Tú sabes... esos amigos que, te benefician de vez en cuando.
encarné una ceja —Ya quisieras.
—Yo no, él.
negué con la cabeza —Lo dudo.
—Yo no lo dudaría... pero en fin, ¿qué tal va todo Susanne? — siguió hablando John —¿Eh?
—Muy bien.
—¿Qué tal Londres?
—Frío, pero groovy.
—¿Qué tal tu cita con Ringo y John? — preguntó George.
—¿Mi cita con Ringo y John? — pensativa, coloqué un dedo entre mis labios —¡Ahh ya!
—¡¿Cómo es que no lo recuerdas?! — preguntó John.
—Disculpa... — miré a George —Digamos que, excelente.
John sacó un papelito de su bolsillo y lo besó —Excelente...
—¿Qué es?
—Tu número.
—Por lo que veo, lo guardas muy bien.
—Pienso enmarcarlo. Verás, en dos días me he dado cuenta de sus usos, como dárselo a Brian por ejemplo, y que Paul lo robara.
—¿Paul...?
—Larga historia que sigue siendo confusa, pero ya me contestarás eso.
—Lo que no comprendo es por qué se lo diste a Brian — George comenzó a hablar mientras miraba a John —¿Será que ya no tiene esos tratos y piensa salir con chicas?
—¿Tratos? — seguí preguntando, algo desorientada.
—Oh, nada querida... es algo complicado.
—Brian es nuestro mánager, y él es... digamos que es... ¿cómo se dice cuando te gustan las personas del mismo sexo? — George contestó mi pregunta.
—¿Homosexual? — asintieron —¿De verdad?
—Así es.
—Y luego está Paul... — seguían con la historia.
—¿Paul también es homosexual? — pregunté y escuché la risa de George.
John solo sonrió divertido —Paul es adorable, ¿no crees?
—Ajá, tan adorable como tú.


...


Susanne y yo mirábamos al pobre de John sufriendo por una rubia. Era difícil no reírse de su situación con las chicas.

—Joder... hay tantas bellezas esta noche — dijo sin dejar de verla —Oh, no te ofendas Susy — la miró —También lo digo por ti.
—No me ofendí — tomó un sorbo de la bebida que el mesero había dejado hace unos segundos —Pero gracias por tratar de arreglarlo.
—Oh vamos — rió —Si eres... eres como una... hmm... Brigitte Bardot no porque eres castaña... como una... Elsa Martinelli.
—Gracias, tú eres como un Marlon Brando en tiempos de hambre.
—Qué linda — sonrió irónico y reí. Entonces John volvió a mirar a aquella rubia.
—Ya ve...
—¿Qué?
—Puedes irte.
—Esperaba que lo dijeras — se levantó del sofá —Eh... Susanne...
—Adelante...
—Los amo chicos, los amo — sonrió como maniático —Permiso.

Y entonces terminó por irse de la mesa, dejándome solo con Susanne.

—Y... ¿te ha ido bien entonces? — dije mientras jugaba con un encendedor que se encontraba en la mesa.
—Sí, muy bien — suspiró —¿Y a ti?
—Digamos que, igual — sonreí.
—¿Sabes esa historia de la que platicaba John?
—Un poco. Sucede que John le dio tu número a Brian, razón que sigo sin conocer... entonces, John vio esa pequeña nota con tu número en casa de Paul y se la llevó para que el pobre se quedara con ganas de hablarte. Piensa que McCartney se la robó a Brian.
—Qué... curioso.
—¿Oh sí?
—Sí... digo, no sé cuáles fueron sus intenciones pero pienso que fue... ¿halagador?
—¿Halagador, ah? Bueno... si tú lo dices — encendí un cigarrillo, le ofrecí uno a Susanne que aceptó agradable —¿Has salido con Paul?
—No, ni siquiera sé si sigue vivo.
reí —Lo está, y consiguió tu número... y es halagador.
caló lentamente su cigarro y evaporó el humo no sin antes formar una sonrisa —Ajá.
—Vamos, platícame qué opinas sobre él.
—¿Qué tiene que ver Paul en todo esto?
—Pues... es curiosidad.
—Oh por favor, deja a Paul.
—¿Por qué? Me interesa saber.
—¿Qué caso tiene?... Estoy contigo, mejor platícame sobre ti.
—¿Sobre mí? — asintió —Verás, he estado grabando... y todas esas cosas rutinarias de un Beatle, nada bueno para platicar. ¿Pero tú? Tú tienes un nuevo novio.
—Hey, aclaro: no es mi novio.
—Está bien Susanne.
—Créeme.
—Te creo... ¿Paul será tu novio entonces?
vi su gesto, se había sorprendido un poco —No.
—¿Te agrada...?
—Estas parecen pláticas de college cuando tenía 16 años. Pero ya que insistes tanto, te diré que no lo conozco como para sacar una conclusión, acepto que es muy simpático sí... pero yo... yo tengo otros asuntos.
—¿Eres una chica ocupada?
me guiñó un ojo y alzó la copa de whisky que John había dejado para tomar un sorbo —Vaya, esto sabe bien.
—John llega a ser muy tonto, pero tiene buen gusto.
—Hmm, ya veo... — volvió a tomar un sorbo.
—Tranquila con eso, no te llevaré cargando.

Reímos... y entonces la observé. No como cualquier persona, sino como Susanne. Miré los pequeños agujeros que se formaban en sus mejillas cuando sonreía... y cómo cubría su boca cada vez que reía.

—... Puedo controlarme.
—De igual manera, ya no queda más.
—Groovy — dejó la copa en la mesa —No soy muy fan del alcohol.
—¿Ah no?
—No, no... es solo para pasar el rato. Suelo ser algo diferente con unas cuantas copas de más, y prefiero no hacer el ridículo.
—Me he retractado porque ¿sabes?, eso sería épico... ¡Eh mesero! — levanté la mano.
—Shhh... no... — musitó.
—¡Otra botella de whisky!
—George, te la acabarás tú solo.
—¿Me ayudarías a hacer el ridículo?
rió —No... no creo.
—¡Oh, vamos! ¿Cuándo me volverás a ver?
—Quizá mañana, no hace falta que hagamos el ridículo.
—Bueno... entonces puedes bailar conmigo.
—¿Bailar? Hmmm, pues...
encarné una ceja —Qué difícil eh.
—Bien, bien... bailemos — sonreí.

Y con música de The Kinks, siguió la noche.




...


Abril.

"George... Harrison...

¿Quién carajo dijo que era "el Beatle serio"?"


...







¡Hola, después de un siglo más un milenio! 
Okay, seré breve: cero inspiración, escuela y la depresión.

Bueno, no depresión en sí sino que, me he dado cuenta que {a pesar de que sigo a pocas chicas} por culpa de otros deberes, no pueden subir pronto y pues, de cualquier manera, igual me siento sola en esto del bloggah. Quien sabe quién rayos vaya a leer éste capítulo pero, tenía muchas ganas de subir desde hace ya unas semanas y pues, aquí estoy. 

Mil gracias si alguien lee (???) y, de cualquier manera, ya me he quitado las ganas jjsdssjsjs.

Cuídense mucho,
espero que estén de lo mejor.

Besos.

<3 <3




...