jueves, 12 de mayo de 2016

14. I Saw Her Standing There

1966

Estando en clase, recordé aquella escapada a la cafetería que Miles me había propuesto hace un par de días antes de que tomáramos la última clase de cada uno.


***


Abril, 1966.

—Miles Levand.
—¿Es un mal nombre?
—No, nada de eso, es sólo que me ha llamado la atención... digo... no suena muy estadounidense.
—Oh vamos, Susanne Gretchen me suena muy francés.
reí —No lo negaré, pero te aseguro que soy 100% estadounidense.
—Y yo... bueno, aunque mis padres sean de aquí.
—¿En serio?
—Sí... de la ciudad de Londres exactamente.
—Eso explica todo.
—Así es. ¿Y cómo terminaron unos ingleses en San Francisco? Gracias a los padres de mi madre que no estaban de acuerdo con que ella tuviera una relación con mi padre, entonces él decidió "raptarla" — hizo el ademán con los dedos —... y llevarla a Estados Unidos, ya sabes... el sueño americano. Y bien, se fueron y San Francisco los recibió, comenzaron una nueva vida casándose, y surgieron dos hijos producto de ese amor sin aprobación: mi hermana Angela y yo.
—Wow, narraste como todo un poeta.
—Bueno... ¿qué te digo? — reímos.
—¿Angela Levand?
—Así es.
—Tus padres supieron cómo combinar los nombres, suenan muy bien.
sonrió —Susanne Gretchen también.
—Pues gracias — le devolví la sonrisa y tomé un sorbo de café —¿Y regresaron todos a Londres?
—Sí, pero mi corazón se quedó en Estados Unidos — rió —Vaya, eso sí sonó muy poético, tanto como una canción escrita por... ¿cómo era el nombre de este chico?... ¿Paul McCartney?
asentí soltando una pequeña risita nerviosa —Eres la viva reencarnación de Shakespeare.
—Pues gracias, eso fue muy halagador... pero no creo. Uno de mis sueños es escribir, publicar un libro o dos... un sueño cliché.
—¿Y por qué estudias algo relacionado con las matemáticas?
—Mi papá me habló de una profesión seria y con ganancia, entonces decidí matemáticas.
—¿Por qué matemáticas?
—Es un reto que me he puesto. Me gustaría saber de todo, y pienso que, de matemáticas necesito saber más.
—Te harás profesional en eso.
—Así es, y supongo que es mejor.
—Eh... pues... la verdad es que me sorprende, yo nunca escogería lo que me complica la vida — reí.
—Haces bien, si algo no te gusta no tienes porqué soportarlo — sonrió —Ahora tú dime, ¿por qué estudias biología?
lancé un suspiro —Por tonta.
—¿Tan mal?
—No en realidad, disculpa... suelo hablar por impulso.
—Espontánea eh, me agrada.
sonreí sin ganas de hacerlo —En realidad fue porque, mi papá también quería que estudiara algo serio. Mis padres tienen que ver con una vida cuadrada, no soportan que su hija quiera andar por la vida pintando o tomando fotografías...
—Puedes hacerlo, la diferencia es que, ahora sabrás biología.
—Cuidado de animales para ser exactos.
—Interesante... ¿Te gustan los animales?
—Sí, demasiado... por eso escogí algo que no me disgustara tanto, y no es el estudio, sino los horarios, las materias que debo tomar y no tienen nada que ver... siento más que necesito salir de aquí.
—Pronto será — tomó su taza de café y le sopló lentamente —Ya verás...


***


—Señorita Gretchen, ya puede retirarse.
—...
—¡Señorita Gretchen!
sacudí la cabeza, tratando de volver a la vida real —¿Eh, eh?
—Ha terminado la clase.
—Oh sí, lo siento... — miré a mi alrededor... todo estaba vacío, solo dos chicas guardaban sus carpetas —Nos vemos mañana maestra  — me levanté del asiento y tomé mi portafolio.
—Hasta el lunes srita. Gretchen.
—Ah perdón... hasta el lunes.

Salí del salón de clases y caminé por los pasillos hasta llegar al área de las habitaciones.

Al llegar toqué dos veces la puerta de la habitación de Audrey algo desesperada, por un segundo volví a sentir la mirada de alguien... volteé, y me encontraba en lo cierto. Eran dos chicas mirándome y secreteándose a la vez, rostros que ya había visto antes... si no fuera porque Audrey había abierto la puerta, seguro les diría algo.

—Estoy lista.
—¿Llevas ropa?

Señaló una pequeña maleta detrás de ella, después de que cerrara la habitación comenzamos a caminar, para mi suerte perdí a las chicas de vista. Después de unos segundos, Audrey levantó su mano que sostenía un sobre.

—Para ti.
la tomé —¿Qué es?
—Creo que una carta.
—¿Y quién te la dio?
—Ese chico de cálculo.
comencé a mirar el sobre sin parar de caminar —Miles.
—Ah sí, el mismo.

Sonreí.

—¿Y qué haremos?
—Eh... no lo sé, puede que te presente la ciudad de Londres.
rió irónica —Ay, qué graciosa.
—No es broma, creo que ya es hora de que tomes un respiro.


...


audrey neythan.


Tomamos el bus y llegamos a Londres en poco tiempo, puesto que no cargaba con mucho dinero para un taxi, caminamos por las calles hasta topar con el edificio de Danny... bueno, el edificio donde se encontraba su departamento.

—Qué lujoso es por acá.
—Sí algo, espera a ver su departamento.

Al hacer ruido con las llaves, Daniel abrió la puerta en menos de un milisegundo.

—Hola... — miró a Audrey sonriente.
—Hola, qué tal... — sonrió de la misma manera.
—Pasen por favor.
—Gracias — dijo ella.
—Qué caballeroso te volviste — le susurré haciéndole burla, él sólo me guiñó el ojo.
—Es un gusto verte de nuevo — cerró —Audrey, ¿no?
—Así es.
—Susanne me ha hablado mucho de ti.
—En realidad no — musité, y los dos me miraron con odio —Bueno, un poco...
—¿Cómo has estado?
—Muy bien gracias, ¿qué tal tú?
—¿Yo? Muy exhausta — dije metiéndome en la conversación, al sentir el silencio incómodo sólo reí y caminé hacia el pasillo —Queridos, siento mi falta de educación pero en realidad estoy agotada.
—¿Dormirás? — preguntó Audrey.
—Un poco, quiero tener energía para la noche. Así que, los dejo conocerse mejor.
—¿Te llamo para la comida?
—¿Pediste comida?
—No, decidí cocinar.
—¿En serio? — lo miré impresionada —¡Oh, ya veo! — y luego miré a Audrey, remarcando así una indirecta.
—¿Y bien?
—Claro, estaría bien. Me voy, y... hey, ¡nada de arrumacos! — los señalé mirándolos con ojos de asesina —... al menos no ahora — reí y desaparecí de ahí de una buena vez, sabía que los estaba hartando.


...


Tan pronto entré a la habitación, cerré la puerta y caminé hacia la cama para tomar asiento. Saqué el sobre que Audrey me había dado para después abrirlo y comenzar a leer:

"Susanne:

Gracias a mi horario y a la inmensidad de la universidad no he podido verte (o encontrarte) estos días... y me gustaría hacerlo. ¿Podría verte pronto? Espero que sí, y poder verte el lunes en el primer descanso justamente donde nos encontramos por primera vez.

Espero que estés de lo mejor..."

Miré al reverso, no había nada más de lo que había leído. Pensé en lo que se estaba convirtiendo nuestra relación de amigos, o algo así.

Miles Levand es un chico un tanto mayor que yo por meses, estudia cálculo pero por lo que he notado... no es tan cuadrado como otros. Cuenta con cabellera oscura, ojos con tonalidad verde, y boca pequeña... describiría su estilo como formal; tanto su forma de vestir como su forma de ser, algo que me llegaba a aburrir, pero de él no.

Creo que, le daría una oportunidad al chico de conocernos mejor.


...


—Es hora de que le llamemos a Susanne, ¿no?

Fuera del cuarto donde Susanne descansaba, los chicos se habían quedado platicando un largo rato... la comida seguro se había enfriado, algo que a ninguno le importó hasta ahora.

—Yo voy.
—Está bien, mientras pondré los platos.

La chica asintió y caminó por el pasillo hasta calcular qué habitación sería la de Susanne.

—¡Al fondo, a la derecha! — gritó el chico, provocando una risita en Audrey.
tocó un par de veces —¡Sue!
—¿Hmm?
—A comer.
—Ah sí... pasa primero.

Audrey miró al otro final del pasillo, en eso Daniel le sonrió y ella por su parte, le devolvió la dulce sonrisa.

—¡Apúrate! — gritó Sue, y entró.

Mientras en la cocina, Daniel acomodaba los platillos en la barra, haciendo de eso una comida algo informal, hasta que llamaron al teléfono... tardó unos cuantos segundos para luego caminar hasta el living.

—¿Sí?
—Qué tal, buenas tardes... ¿llamo al domicilio de Susanne Gretchen?
—Ah, sí sí. ¿De parte de quién?
—De Brian Epstein.
el chico se quedó congelado unos minutos —... Un segundo.

Quitó el oído de la bocina y miró a Susanne aproximarse.

—Uh, ¿quién te llamó para que pongas esa cara? — rió tomando una manzana de la barra para después morderla.
—Es para ti — susurró.
—¿En serio?
—Sí tonta, apresúrate.

Tragó el bocado de prisa, casi ahogándose, y caminó hasta el teléfono aventando la manzana a las piernas de Danny.

—¿Sí?
—¿Susanne?
—Ella habla.
—Susy, qué tal... soy Brian.
—Brian, hola — se sintió tonta saludando tan informal pero vamos... ella era así.
—Me preguntaba si te encontrabas ocupada ahora...
—No no, ¿pasa algo?
—Nada grave, solo una pequeña reunión con los chicos. Como verás... el día de la partida se acerca y pues, esta será la primera charla que tenemos.
sintió su corazón acelerarse —Claro, no hay problema.
—Bien, ¿entonces te veo en los estudios en...?, no sé... ¿qué te parece media hora?
—Media hora — miró las caras de Audrey y Danny —Sí claro, ahí estaré.
—Perfecto, nos vemos entonces.
—Nos vemos.

Colgó y respiró hondo.

—¿Quién era?
—¿Qué te dijo?
—Brian Epstein, y tengo una cita con los chicos en media hora.
—Pero vamos a comer — dijo Audrey con ternura.
—Sí.
—¿Yyyy, no vas a comer?
—Nadie dijo que no — sonrió —Me atragantaré si es necesario, solo para arruinar su tiempo a solas.


...


Una chica joven de cabello oscuro y yo caminábamos por el pasillo lleno de fotografías de los chicos, discos de oro, y demás... hasta que llegamos a puerta que contaba con un letrero dorado muy pequeño que decía "Brian Epstein". La chica, que suponía era la secretaria, abrió la puerta.

—Ha llegado — dijo sin esperar respuesta y después me musitó un "pase", le respondí agradecida.
—Susanne, pasa por favor — escuché la voz de Brian.

Me oculté un segundo para acomodar mi cabello, aclarar mi voz, respirar profundamente y entrar de una buena vez... y es que, los cuatro chicos se encontraban ahí, era imposible no ponerse nerviosa.

—Hola... — todos contestaron con un "hola" de regreso al instante, todos menos...
—Susy querida — musitó John con una sonrisa —¿Usas lentes?

Sorprendida por su pregunta, antes de contestar toqué dos veces mi rostro, sintiendo mis tediosos lentes... joder, había olvidado que los tenía puestos por salir de prisa.

—Eh... sí, sí — estaba a punto de quitármelos.
—Déjalos, se ven bien — todos miraron a George, yo con una sonrisa.
—En fin... — y Bri empezó a hablar —Como ya todos saben, ella es Susanne Gretchen, nuestra fotógrafa de gira.
—Hola Susanne — dijeron los cuatro al mismo tiempo, provocando una pequeña risita en mí y un bufido en Brian.
—Toma asiento por favor, Susanne.
—Aquí, aquí — John señaló sus piernas.
—John, por favor.

Tomé asiento junto a Ringo que se encontraba en el sofá de dos.

Brian comenzó a platicar de los planes que tendríamos en Japón, después los países que visitaríamos y así sucesivamente; las entrevistas, las sesiones fotográficas, los conciertos. Mientras hablaba, podía notar ciertas miradas; entre ellas Paul y John, pero principalmente el chico con mirada penetrante.

Sí, George. El mismo que levantó sus cejas y me sonrió, así que le devolví la sonrisa, John solamente hizo un gesto gracioso por el que Brian dejó de hablar un momento para regañarlo, yo por mi parte reí en silencio... y Paul me guiñó un ojo provocando un cierto color carmín en mis mejillas.

—Entonces, ¿ha quedado todo claro?
—Por supuesto Eppy.
—Bien. ¿Qué tal va el disco?
—Perfecto.
—¿Y Klaus?
—Lo veremos en Alemania, le hemos mandado ideas de la portada.
—No te preocupes, lo tenemos resulto casi todo.
Brian suspiró y tomó asiento —Me alegra saber que ya van madurando chicos.
—Por supuesto.
—Susanne, ¿algo que decir?
—No no, todo está bien.
asintió —Bien, una última petición: Susanne será algo así como una asistente formal entre nosotros, y claro la fotógrafa... así que todos, por favor, seamos amables y respetuosos con ella.

Sonreí sintiendo un poco de pena, y guardando una risa por el modo en el que le hablaba a los chicos... como si fuesen niños pequeños, y no lo dudaría si no fuese por John que claramente era su dolor de cabeza.

—Por supuesto, ahora es parte de la familia.

Sentí un cierto alivio en aquellas palabras que dijo Ringo, provocando una sonrisa en todos... a excepción de Paul que sólo ladeó sus labios encarnando una ceja, algo así como un gesto chocante... algo que de pronto, me desconcertó por completo.

—Entonces... creo que es todo por hoy chicos, la próxima semana nos reuniremos de nuevo, mientras sigan trabajando en el disco.


...


John y Ringo habían salido justo después del "pueden irse" por parte de Epstein, el otro par optó por quedarse unos minutos más... y yo, después de tener la afirmación de Brian para salir, me quedé mirando las fotografías que se encontraban en pequeños portaretratos a lo largo de la recepción.

—Susy...

Volteé al escuchar la voz con la que me estaba familiarizando.

—Hola George... y Paul.

Paul se limitó a saludar con la mano.

—Nos preguntábamos si tienes planes para ahora — preguntó el beatle serio.
—Eh... — levanté la mirada buscando el reloj de la sala que marcaba las 8:15pm —... yo creo que... — pensé en seguida en no molestar a Audrey y Danny —... no, no haré nada.
—¿Quieres venir? — preguntó Paul.
—¿Adónde irán?
—No sabemos.
—Sólo a pasar el rato, ¿qué opinas?
—Pues, claro... vamos.


...


Gracias a mi suerte, ese día logré arreglarme un poco más desde el momento en el que recibí la llamada de Brian por la tarde... pues bueno, vería a aquellos chicos, debía verme presentable.

Justamente, en medio del desorden londinense de un viernes por la noche, le pedí el favor a McCartney de que paráramos en una cabina telefónica...

—¡¿QUÉ?! — me separé un poco de la bocina al escuchar su agudo grito.
—Sí sí sí, como escuchaste.
—Entonces tenías razón.
—Claro que tenía razón tonta, siempre tengo razón.
—Uy, disculpa.
—Bueno bueno, ya. ¿Ustedes saldrán?
—Así es.
—¿Y qué hicieron toda la tarde, eh?
—Platicar, comer, y platicar.
—Ahora yo soy la que no cree, pero tendré que preguntarle al otro.
—Pues no me creas. ¿Adónde irán ustedes?
—No sé cómo se llama, pero si quieren ir, dile a Danny que es pub oscuro.
—¿Que no todos los pubs son oscuros?
—Eh... sí, pero Danny y yo nos entendemos.

"Para 10 minutos más, inserte 5 peniques"

—Ya escuchaste, debo irme. 
—No jodas, pon 5 peniques.
—McCartney y Harrison me esperan.
—Eres una maldita afortunada.
—Sí, pero ve el lado bueno... tú tienes a Danny, ah... espera... viéndolo así no hay lado bueno — comencé a reír —Chaíto.


...


Tired of Waiting de The Kinks sonaba en todo el pub; este pub que no era tan exclusivo, pero estaba tan oscuro que muy difícilmente se podían distinguir a los dos Beatles que acababan de tomar asiento en una mesa de por ahí.

—Aggg, mods.
—¿Cómo es que no vienen a ustedes?
—Los mods nos odian.
—Así como tú — agregó Paul.
—Punto uno: no soy mod, punto dos: no los odio... ustedes solamente me caen mal, es diferente.
—¿Qué podemos hacer para simpatizarte?
—Ni siquiera yo sé.
—Tendrás que conocernos mejor entonces.
—Para eso estará el tour — dije.
—¿Crees que aguantará a John por las mañanas? — le preguntó George a Paul.
—Uuuuy — contestó —Mira, un consejo: no te asustes... cada quien tiene su mala actitud, y te darás cuenta. George se enoja si no come, a John ya lo conoces, y Ringo... Ringo es el chico que nunca enoja a menos que toques su batería.
—¿Y tú?
—¿Yo? Yo... ¿yo qué? — ahora Paul le preguntó a George.
—Paul se enoja si lo rechazan.
—Y como nunca lo hacen, vivo contento.
—Eres algo modesto por lo que veo.
—La modestia en persona, mucho gusto — ofreció su mano.
—Amante de la humildad, encantada — la estreché, y rió.


...


En menos de veinte minutos, Daniel y Audrey habían llegado... y por razones del destino, tenían mesa justamente al lado de nosotros.

—¿Los conoces?
—Sí.

Audrey se acercó sonriente, George se hizo a un lado para que todos pudiéramos estar ahí en ese momento, y Paul le devolvió la sonrisa a la chica de sonrisa campante... provocando que Danny y yo nos miráramos de inmediato.

—Audrey Neythan, mucho gusto.
—Mi prima.
—¿Son primas? — preguntó el chico de los ojos caídos, algo sorprendido... algo que me desconcertó.
—Sí — contestó Audrey en seguida.
—¿Y por qué no se apellidan igual?
—Mi madre es hermana de su padre.
—Sí... — musité tratando de agregarme a la conversación.
ahora todos enfocaban su mirada en Danny, así que por cierta incomodidad, el chico habló —Daniel Henderson.
George lo observó con el dedo índice en su barbilla —Editor, ¿no?
—Así es — contestó Danny.
—¿Cómo supiste?
—Leo muchas reseñas de conciertos.
—Eres importante — susurré al oído de Danny provocando una risita en nosotros, algo que provocó que el par de beatles mantuvieron la mirada en nosotros.
—Bien, estaremos al lado — dijo Daniel, mirando a Audrey.
—Eh... sí claro.
—¿No quieren sentarse con nosotros?
—Creo que quieren espacio — agregué —Están saliendo — mentí.


...


—Con que... él es Daniel.

Hablábamos con mucha libertad, y debido al ruido, nadie más que nosotros escuchaba.

—Ajá.
—¿No era tu novio?
—Será el de mi prima.
—Merece algo mejor.
miré a Paul —¿Tú crees?
—Sí claro, qué bueno que no está contigo.
—Pues...
—¿No tienes a nadie cerca? — preguntó George.
bajé la mirada —No quiero adelantar nada.
—¿Pero sí hay alguien?
—Puede ser... aún no sabemos, casi no nos vemos aunque vayamos en la misma escuela.

Hablé sin más debido al comportamiento de hace unos minutos de Paul, no puedo negar que en realidad sentí un poco de enojo.

—Chicos universitarios ah, el sueño de toda una adolescente — dijo Paul.
—En realidad eh... no soy adolescente.
—Parece.
—Pues no lo soy, temo decepcionarte. Y no es que tú no seas taaan mayor que digamos.
—Lo soy, y un plus es que soy legal.
—Te felicito... morirás antes que nosotros entonces.

Rió sin decir más, y yo sólo encarné una ceja retándolo... no es como que la risa haya salido por sí sola, no... más bien, que esa plática ya era algo pesada.

—Bien, y si mejor platicamos de... ¿otra cosa?
—Platícame de Audrey. ¿Es seguro que está con ese perdedor?
—Puedes preguntarle tú mismo.
—Ni siquiera preguntaré — me guiñó un ojo.

Supe en ese momento que tenía que pasar lo que restaba de la noche platicando con George mientras miraba de reojo a Paul que miraba a su vez a Audrey. Observaba cómo Paul McCartney tenía una actitud poco agradable ante mi paciencia, y cómo sentía un pequeño apretón dentro cada vez que lo hacía.

... Y es que sí... sí maldita sea, sí eran celos.


...





Hello, is there anybody in there?

Chicas bellas, este capítulo creo que es el más largo de todos los que he subido debido a que llevo escribiéndolo por más de dos meses... y sí, apenas me animé a subirlo porque hace poco lo terminé debido a los deberes de la escuela, la que será mi próxima universidad, en fin.

Si hay alguien por ahí, espero que este capítulo les haya gustado, y sino... pues he adelantado con la fic, ese es un hecho jajaja... de igual manera, una disculpa.
Muchas gracias por leer, comentar y animarse igual que yo.

Las quiero mucho,
besos.

<3 <3



1 comentario:

  1. Salmaaaaaaaa!!!!😞😞😞😞😞
    Lamento tanto de no haber comentado todo este largo tiempo que ha pasado, perdona. Hace tiempo en que abandoné blogger y mi fic por motivos de terminar bien el segundo semestre de preparatoria.

    Aquí en este capítulo me paró los pelos de punta, sobretodo el final!! 😐😐😐 Qué celos se le notó a la Susy. Creeo que obvio de que ocurriría esto o no?? ;) Así demuestra que sí hay algo que se deba de ADMITIR

    Me encantaría que subieras, te estaré leyendo; de hecho este capítulo ya lo había leído pero no tenía oportunidad de comentar hasta ahora.

    Andare vagando por tu fic, Salma.

    NO DEJES DE ESCRIBIR!!!

    BESOS...

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