sábado, 28 de marzo de 2015

8. I Don't Want to Spoil the Party

1966

Jugaba con el lapicero pasándolo entre mis dedos. No podía dejar de mover las piernas mientras miraba el sudoku que tenía frente a mí pensando en los números que debía poner.

—... Esto es inútil, ni siquiera puedo pasar del segundo cuadro — dije sin despegar la vista del papel.
—Tal vez tú eres el inútil.

Lo observé en el otro sofá de la oficina de Brian, el que estaba exactamente en la esquina... el más alejado. Se encontraba leyendo "The Daily Telegraph" mientras fumaba un cigarrillo.

—Escucha esto: "¿The Beatles iniciarían su última gira?" — comenzó a reír —¿Cuál será la próxima principal?... ¿John Lennon se casa por 12345 vez? — lanzó un bufido —¿Cómo se pueden adelantar a todo?, malditos perros.

Reí un poco sin dejar a John reír solo por aquel chiste completamente pésimo. Aunque tenía razón, ¿cómo es que podrían saber qué sucede?... Los paparazzis están hasta en el té matutino.

—Buenos días chicos.
—Buenas noches — musité.
—¡Hasta que se te ocurre llegar, querido Eppy! Me estaba agriando de tanto esperar... otra más, y te despido.
—John, cállate — miré a Brian que al parecer ignoró el comentario de John. Bri por su parte, acomodaba rápidamente algunas hojas que llevaba en una carpeta —... ¿Y bien?
paró de hacer lo que hacía, colocó las dos manos en su escritorio dirigiendo su mirada hacia nosotros y suspiró —La prensa supo de la última gira.
—Ya sabemos.
—Y nuestra impresión fue la misma.
—¿Entonces?
—¿Entonces qué? Debemos afrontarlo y claro, hacer esa última gira — apagó su cigarrillo en el cenicero —Aclarar la duda y decir que tienen razón, que no habrá más Beatles en vivo por un largo tiempo...

Brian me miró para que hablara, pensaba que diría algo contrario siempre viendo el lado bueno pero... esta vez era diferente. Sí, en efecto, ya no habrían más giras agotadoras.

—Por primera vez, John tiene razón — tomé la hoja del sudoku, la arrugué y aventé hacia el bote de basura, dando justo en el blanco.
—Está bien. En todo caso, me encargaré de la prensa para que tengan una entrevista lo más pronto posible.
—Yo estoy ocupado hoy, mañana... y pasado mañana.
—Podrían salir George y Ringo, no hay problema.
—Ellos también estarán ocupados, de hecho... voy con George mañana a... algo. Y Ringo, el pequeño gran Ringo tiene una boda.
—¿Paul? — me miró.
—Eh... tengo que... cuidar a Ruth.
—¿Ruth? ¿Tu hermana?
—Sí. Verás, Jim y Angela van los sábados a meditar un poco y llegan hasta el domingo, o bueno... eso me comentaron pero como mencionaron que no tenían niñera, no lo harían... y como el buen hijo que soy, me ofrecí. Sólo son dos meses.
—¿Es tan difícil conseguir una niñera? Por favor, es Jim McCartney... MCCARTNEY, padre del mismo Paul McCartney.
—¿Será que Paulie ha desarrollado un gusto por cambiar pañales? — John rió y bufé.
—Sabes que ante todo, prefiero que tengan privacidad — miré a Eppy —Así que, estoy ocupado también.
—¿Por qué ponen tantos obstáculos? — se dejó caer en su silla —No me importa lo que hagan, conseguiré una entrevista privada para que se publique en todos lados... he dicho.
—Pero Eppy, yo necesito cuidar a Julian.
—Esa ni siquiera tú te la crees — reí irónico.
—He cambiado...
—Sí John, por supuesto que cambiaste — encarnó una ceja —¿Que no tienen cosas que hacer? Vamos, vamos... fuera de aquí.

Brian, gracias al estrés que los Beatles le hacen pasar, comenzó a ordenar todo el papeleo que tenía en su escritorio... que al parecer estaba hecho un desastre. John salió no sin antes decir un: "adiosito cariñitos" y robarse el periódico que leía.

Yo decidí quedarme un rato más para conversar aquella idea que tenía John acerca de la portada del próximo álbum. Quizá hubiera durado unos diez minutos más si no fuera por ver un pedazo de papel caer lentamente del escritorio, y que Brian no lo notara.

—Se te cayó... — tomé la nota del suelo y la miré:

"Susanne Gretchen:
020-684-276" 

Después de sorprenderme, sólo por simple curiosidad, arrugué el pequeño pedazo de papel y lo sostuve con el puño cerrado.

—¿Qué fue? — dijo sin voltear a verme, ni a mí... ni a la nota.
—Ah... nada. En fin, debo irme.
—Que te vaya bien — aun sonaba frustrado —Si consigo la exclusiva, mañana por la mañana iré a cavendish.
—Está bien — me reincorporé y metí las manos a los bolsillos de mi abrigo sólo para guardar la nota —Nos vemos, y trata de tranquilizarte un poco.
—Imposible, pero gracias por el consejo.


...


Nadie podía creer el tono en el que Susanne escuchaba música, antes eran The Hollies, ahora son The Zombies. Recargada en sus codos, acostada boca abajo en la cómoda cama, hojeaba la Vogue más reciente, sin dejar pasar por su mente qué hacer ahora que sólo le quedan Danny y falsas esperanzas de empleo.

¿Qué haría si no quería depender de sus padres? Seguro conseguir un trabajo y ganar dinero para ayudar con el departamento, aunque supiera que a Danny no le preocupaba en lo más mínimo porque, claro... viene de buena familia y aparte ganaba muy bien para esa vida que lleva. Es por eso que cada viernes o sábado salía, sin que le importara tener o no un empleo; eso de trabajar, era más bien por gusto.

Y a todo esto: ¿en qué trabajaría Susanne? Tal vez sería secuestradora de perros o de pájaros, quizá sería cocinera en una casa hogar... o perdidamente, la que destapa las alcantarillas en toda la ciudad de Westminster. Lo que fuera estaba bien para ella... sólo por el momento.

Pasó una hoja de la revista, y entonces apareció Jean Shrimpton con esa belleza única e incomparable. "¿Cómo es que Danny puede decir que nos parecemos? Shrimp es sinónimo de elegancia" pensó lanzando un bufido, y siguió hojeando.

Y su mente volvió a irse... ahora hacia esos Beatles.


***


Estadio Shea, NY.
Septiembre, 1965.




Después de tomar la última fotografía, bajé mi cámara y percibí un olor algo... peculiar.

—Audrey... — toqué su hombro —Audrey, aquí huele a mal...
—¡¿Qué?! — se acercó a mí.
—¡Que aquí huele mal!
—¡No te escucho!
—¡Que eres una tarada buena para nada!
—¡Lo siento, no te escucho! — la chica seguía bailando disfrutando de la música como -quizá- el medio millón de chicas que se encontraba ahí.

The Beatles ahora tocaban "I'm Down" como habían dicho a gritos para que pudieran escuchar, aunque era algo sumamente imposible. Las pobres chicas no podían con su alma... ni con su vejiga. Que The Beatles provoquen tanta emoción como para hacerse del baño mientras bailas, es... es asquerosamente curioso.

Tal vez por el chico que a pesar de gritar tanto, su voz no se desafinaba, creo que se llama Paul McCarthy o algo así. Luego, la manera en la que el baterista mueve la cabeza de un lado al otro y no le importa absolutamente nada, y por último están los otros dos chicos que tocaban felices y emocionados mientras jugaban en el escenario.

Debía reconocer que eran muy buenos, pero es la banda que más está de moda... la banda que las chicas mimadas escuchan, las chicas que se guían por el momento. O simplemente, las que gustan de ellos. La banda pop comercial, algo no tan interesante.


***


—¡Susanne! — Danny abrió la puerta.
—Gracias por tocar.
—Toqué como 1-2-3 veces mujer, ¿podrías bajarle?
bajé el volumen del tocadiscos sin despegar la vista de Danny —¿Contento?
sonrió —Totalmente — se acercó a mí y tomó asiento en la cama mientras miraba la fotografía de aquella revista de moda —¿Estás leyendo algo de Hemingway? — comenzó a burlarse.
—¿Hemingway es editor de Vogue? Porque entonces sí... idiota...
—Uy, tranquila. Sólo quería burlarme de lo culta que eres.
—No soy fanática de Hemingway — cerré la revista —Además, ¿tú lees?
hundió los hombros —Eso no importa... pero bueno, antes que comiences a jugarme, sólo te quería preguntar si tienes planes para esta noche.
—Hmm, ver Doctor Who y... ver Doctor Who.
—Deja de ser tan tarada — musitó —Hay que salir.
—¿De nuevo?
—Claro.
—No creo.
—Por favor, es viernes... y mañana tengo una cita.
dice un "oh" con la boca y me burlé un poco —¿De verdad alguien disfruta de tus encantos?
—Que te cuenten qué tal soy en la cama... o puedes descubrirlo — me guiñó un ojo.
encarné una ceja —¿Y yo soy la que no debe ser tan tarada?
—Bien bien. ¿Qué dices entonces?
—No tengo dinero Danny, estoy en ceros.
—Sue, no te preocupes por eso.

Suspiré y miré su gesto tierno que claro, lo hacía a propósito para que aceptara la propuesta.

—Pues... bien... vamos.
puso una gran sonrisa —Ahora te veo preciosa, me voy a bañar — se reincorporó y comenzó a caminar hacia la puerta.
—Gracias a dios.
—A Jerry Lee Lewis, por favor.
—¿Qué tal Keith Richards?
—¡Amén! — gritó y por fin, salió de ahí.


...


Era de noche cuando llegué por fin a Cavendish. Martha me recibió dando vueltas alrededor de mis piernas y moviendo la cola de un lado a otro. Después de pasearme por toda la casa para ver si Jane había regresado -que no había rastro de ella-, el teléfono comenzó a sonar.

—¿Hola?
—Paulie.
—¿Qué sucede John?
—¿Conversaste con Eppy?
—Algo así, fue difícil... ves que el pobre está muy asfixiado por todo el trabajo.
—¿Casi cuatro años y no se acostumbra a ser mánager de The Beatles? — suspiró —... En fin, iré a cavendish, no tengo nada que hacer.
—¿No que eras hombre ocupado?
rió —¿Te la creíste? — siguió riendo algo irónico —Llegaré en 20 o un poco más.
—Pe...
—Hasta luego, mon chéri.

Colgó.


...


—Hey, no es necesario que toques el timbre tantas veces.
—¿Qué tal si mi suegra me viene persiguiendo?

Y sin abrir paso, John entró.

—¿Tienes el número de Klaus?
—Creo que sí, en la agenda... — señalé el living, tendió su abrigo en mi brazo y caminó hacia allá.
—Necesito hablarle. ¿Qué hora será en Hamburgo?
—Ni siquiera sé qué hora es aquí.

Acomodé el abrigo de John en el perchero de la entrada, y miré mi abrigo al lado de éste. Había olvidado que llevaba el número de Susanne, así que metí la mano en el bolsillo y fui directamente a la mesita del pasillo para dejar la nota -aun arrugada- ahí.

—Oye, ¿sigue sin servir el baño de abajo?
volteé rápidamente para ver a John, que se encontraba prácticamente en mis hombros —Eh... no... ya funciona...
—¿Qué escondes? — me observó encarnando una ceja —Oh ya... podemos fumar un porro juntos, lo sabes.
—Por supuesto — pobre John, pensaba que ocultaba drogas.
—¿Y bien? — sonrió —¿La sacarás o...?
—Sí pero, no está aquí. Subiré por ella.
—Mientras yo voy al baño a hacer mis necesidades.

Asentí y subí las escaleras rápidamente. Al regresar con la hierba, miré a John sosteniendo el porta retrato con la fotografía que Susanne me había tomado.

Sí, le había conseguido un porta retrato, y sí... tenía que ponerla en la mesita del pasillo, justo en medio.

—¿Es la que tomó Susy, no?
—Sí.
—Vaya, te hizo ver bien.
asentí —... ¿Fuiste al baño? — comenzaba a sonar nervioso.
—Claro — no dejaba de ver la fotografía —Ella es buena eh...
—Lo sé, lo sé.
—Sí, lo sabes — dejó el porta retrato en su lugar, observé el papelito que sobresalía con temor que lo tomara, entonces enfocó su mirada en mí —¿Qué pasó?
—Aquí está — sacudí una pequeña bolsita.
—Perfecto.


...




—¿Otro más McCartney?
—No hay papel para prepararlo...

Los pobres chicos estaban más perdidos que nunca. Con los ojos irritados, y unas carcajadas que seguro se escuchaban kilómetros a la redonda.

—Sí, sí hay... vi uno por ahí... — señaló John la mesita de el pasillo que se veía a lo lejos. Entonces se levantó como pudo, tambaleándose un poco y caminando hasta allá.

Regresó con el papel arrugado, así que lo extendió y para su sorpresa, era el número de Susanne.

—¿Cómo es que tienes el número de Susy? Recuerdo que se lo di a Brian — aun estaba un poco consciente al parecer.
—Lo tomé — McCartney no. Ese chico ya estaba perdido, tanto que no pudo ocultar nada.
comenzaron a reír mientras John se acercaba de nuevo al sofá —Hay que hablarle.
—¿Qué?

John ignoró su pregunta y se dispuso a tomar el teléfono.


...


—¡¿Qué?!
—¡Que te calles!
—Yo también te quiero.
—¿De aquí a dónde?
—De aquí hasta esta esquina que cruzaremos, ¿y tú? — seguíamos gritando.
—De aquí donde estoy parado, hasta donde estás tú.
—¿Tan poco?
—Es que no eres Sophia Loren.
—Y tú no eres James Dean, pero aun así te quiero.
—¿De verdad?
—Sí, ¿y tú?
—Igual, te quiero demasiado que duele.

Comenzamos a reír como un par de idiotas caminando sin destino alguno. Bueno, aparte de no ser unas personas coherentes todos los días, debíamos aceptar que nos pasamos un poco de alcohol esa noche.

Llegando al departamento, escuchamos el teléfono. Danny se dejó caer en el sofá sin importarle la llamada, así que contesté.

—¿Siiii?
—¿Está Susy?
—¿Susy? — reí —Ah sí... ella habla.
—Susy querida, adivina quién soy.
—Hmmm, ¿abuela?
rió junto con otra persona —¿Te has drogado?
—Sólo una vez.
—Me refiero a que... ¿estás drogada?
—Eh... no que recuerde. ¿Y tú?
—Sí, nosotros sí. Dice McCartney que...

Miré a Danny que musitó un "¿quién es?" y hundí los hombros.

—¿Quién es McCartney?
—Paul...

Ah, Paul McCartney...

... ¡Paul McCartney! En cuanto reaccioné, abrí por completo mis ojos mientras sentía cómo mi corazón comenzaba a palpitar rápidamente, pero no sabía si era por él... o por el efecto del alcohol que, después de escuchar su nombre, se evaporó un poco.

—¿Quieres hablarle?
—Ponlo.
—¿Hola...? — después de escuchar su voz algo somnolienta, respiré y traté de comportarme por vía telefónica.
—Hola.
—Susanne...
comencé a reír como una idiota —¿Cómo... estás?
—Sentado, pero creo que estoy volando — comenzó a reír igual —¿Y tú?
—Me pasa lo mismo.
—Oye, quiero decirte que... ¿qué?, ah sí... que eres agradable.
—Igual tú.
—Oh, gracias. ¿Cuándo fumaremos de nuevo?
—No lo sé, tal vez cuando el destino lo diga... — bostecé.
—¿Por qué siempre te aburro?
—¿Aburrirme?... qué mentira, puedes seguir hablando.
—¿Será que tienes sueño?
—Para nada — mentí.
—¿Será que no estamos dormidos?
"¿eh?" pensé e imaginé al chico profundamente drogado —Puede ser.
—Creo que... — comenzó a reír.

De pronto, se escuchó un golpe en la bocina del teléfono.

—¡Paulie! — gritó John seguido de unas risas. "Dile que fue un placer hablar con ella y que sueñe hermoso..." logré escuchar la voz de Paul.
—¿Qué sucedió? 
—Ha caído en la alfombra y ahora está roncando... — reímos —Susy, debo llevarlo a su habitación, no puede amanecer aquí.
—Bien.
—Tú también te escuchas mal...
—Tomé unas copitas, pero sólo unas... unas — conté con los dedos —¿Dos? — reí —Realmente no recuerdo. ¿Qué hora es?
—Las 3:10a.m.
—¿Tan temprano y tengo sueño? — volví a bostezar.
—Será mejor que duermas.
asentí sin que él pudiera darse cuenta que lo hacía... ¿tan ebria estaba? —... Cuídate y recuerda amar a tu prójimo.
rió —Lo tomaré en cuenta Susy, adiós...
—Adiós.

Colgué, cerré los ojos y me dejé caer en el sofá.








...




¡Holaaaa! 

Después de tanto tiempo, por fin estoy libre (sólo por dos semanas) y bueno, como ya tenía el capítulo escrito, sólo quedaba subirlo. Los otros dos fueron borrados de mi computadora por un accidente que implicó formateo inesperado :( pero veré qué sucede después de la Susanne ebria.

En fin, quería agradecerles por leer y comentar y escribir cuánto les agrada la historia de la Gretchen y sus escritos. Como las que leen por aquí son las mismas bellas chiks que leen la otra fic, debo darles las gracias por tanto apoyo y cariño, son re groovys.

Por otra parte, espero que estén de lo mejor y que espero leerlas pronto dejando atrás toda la asfixia del reclusorio. Las adoroooo ooo o.

Cuídense mucho,

<3


4 comentarios:

  1. Salma my dear ♡

    ¡Qué capítulo tan groovy! Jajaja me partí de risa tanto con esa Susy ebria y ese McCartney y Lennon drogados... ¡Por Dios!

    Me encanta el estilo de Susanne algo indie, casi tanto como me encantan sus escritos... Te lo diré por décima vez ¡Amo esta fic! Y me mantiene muy intrigada sobre querer saber quien es el amor de ella ¿John, Paul, George, Ringo? No lo sé

    Aunque no tenga la mayoría de edad (que aquí en Argentina es tener 18) admito que he probado alguna que otra copita, bastantes diría yo, en algunas fiestas; y confieso algo avergonzada que he estado en el estado de Su (jamás como nuestros Beatles en este cap) y es una situación muy cómica de la que te arrepientes en la mañana siguiente. Me identifique mucho con esa llamada, porque hice algo parecido con una amiga pero con la diferencia de que yo grabé audios por wpp jajaja ¡Algo mucho peor!

    En fin, dejo de aburrirte my dear con mis aburridas historias. Espero que subas pronto y que alargues la publicación del capítulo 100 en 'I love you...' ¡Es que no quiero que termine!

    Un beso enorme, cuidate, te quiero ♡

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  2. COMADRE, ¿les habrá quedado un poco de eso a los chicos? digo... para cuidarla un ratito, para nada mas(? obvio... XD

    Me gustó el capítulooooooooo, porque fue muy de sábado en la noche... preciso! jajajajja ya, me dejo de tonterías, y hablo enserio que estuvo muy divertido, me gusta leer cuando se van de carrete jajajajaja y por cierto... la foto de John fumando... me mataste, lo amo, con mi corazón de lectora <3 <3 <3 <3

    Comadre mia! se me hace super interesante que exista Jane, y que existan las beatlegirls en general, quiero ver en que terminará esto... con una Sue que podría enganchar con cualquiera de los cuatro, y que aparte de eso vendría siendo una especie de amante, o quizás no se quede con ninguno y estamos todas locas insinuando futuros inexistentes! NO LO SÉ.

    Por eso querida, tienes que seguir escribiendo! fuck the school :'( la odio, con mi vida, pero esta bien, yo esperaré con paciencia! el otro que me gusta es Danny <3 me gusta su amistad jajajajajaajaja morí con la conversación after party, muy de madrugada de Domingo (? ando asimilando dias a situaciones hoy...

    BELLE BELLE, un beso y un abrazoooooooooooooo <3 cuidate mucho mucho! y sube pronto porfis :c disfruté mucho leyendooooooooo! te juro que me alegré mucho cuandio vi que subiste! echaba de menos leer!

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  3. ¡SAL MACARRÓN! Por la chucha de las chuchas, soy la última en comentar, pero ya sabes que el colegio consume todo el tiempo del mundo... y eso no es nada groovy. Por lo menos pude hacerme un tiempo y puedo relajarme leyendo los fics♥.

    Te lo diré como por 498394928340324 vez, pero me encanta Sue. La verdad es que las dos protagonistas (Sue y Sally) me encantan, porque tienen ése toque londinense o francés tan sofisticado que me hace amarlas y las hacen las protagonistas perfectas.

    Me reí mucho con el capítulo. La Sue curada o ebria y los chicos volados DJLFJSLDKMCLS. Sé que alguno de ésos tres se arrepentirá la mañana siguiente, y todo me dice que será la chica, obvio, pero el Polma no se queda atrás.

    Arriba dicen que sienten mucha intriga de quien será el enamorado de Sue, pero yo sigo con mi postura de que es J A M E S P A U L M C C A R T N E Y M O H I N. No sé, dime que me equivoco, Sally pero es que no sé e e ee e eee. Y y y, como dice la Cata, me gusta de que estén las Beatle girls aquí, eso le da como un poco más de sazón al asunto. Imagínate a la Sue y a la Jane tirándose de las mechas (en el caso de que sea Paul), sería re groovy leerlo, eh.

    Un beso y un abrazo a larga distancia aa a a aa ♥. Sube pronto por faa. Si la escuela no te lo permite, yo tomo de inmediato un avión a México y te ayudo a quemarla *empieza a sonar Another Brick in the Wall y se ve a Sal y a Vic quemando a los maestros*. Echaba tanto de menos esto, cuídate querida♥.

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  4. Salma! Por favor volvéeee! Me puse al dia con este fic y la verdad me encanta como escribís, no sé si alguna vez te lo dije pero te lo digo ahora. Me encanta! Asi que espero ansiosa a que subas, por favooor!

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